Casi todos mis sueños son urbanos. A fin de cuentas, los sueños se cocinan con la experiencia. Y si esa experiencia está adobada de semáforos, ladrillos y tubos de escape, pues eso es lo que aparece en ellos. Sin embargo, los sueños parecen tener su receta particular. Algunas veces aparecen lugares reales, pero en otros casos las ciudades son desconocidas. Tan reales como las reales, pero imaginarias. Cuánto desearía viajar algún día a las ciudades en las que habitan mis sueños.
24/1/14
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